domingo, 20 de noviembre de 2011

ponme un chalet, dame un renard

En época de exámenes, donde se registran los picos más altos de procrastinación, me obsesioné con la arquitectura de Madrid. Investigaba todo lo que pillaba, la Ley de Casas Baratas de 1922, en qué año llegó el alcantarillado a Tetuán, la historia del asilo de lavanderas del Manzanares, el neomudejar...Y LA GUINDALERA.

La guindalera es un barrio de Madrid al lado de Las Ventas más o menos. Y allá por 1890 se construyó una colonia de casas unipersonales preciosas. A esa colonia se le llamó el Madrid Moderno. Me obsesioné tanto con esas casas que hasta llegué a soñar repetidas veces que un tío -al que yo no conocía- había fallecido y me había dejado a mi, su desconocida sobrina preferida, una preciosa casita en herencia en el Madrid Moderno de La Guindalera. En mi sueño veía perfectamente el suelo con tablones de madera, ni parquet, ni tarima, tablones de madera de verdad, y también veía como aparecía sentada en el suelo rodeada de cajas mirando por los ventanales de esa especie de hórreos que tienen. La luz se proyectaba con forma de flores a través de los típicos visillos de casa abuelística. Llamaba a J. y le decía que no tendría que pagar alquiler nunca más y que además las gatas iban a tener un minijardín. Era la casa perfecta. 

Quizá no estáis entendiendo la fascinación, hasta que os enseñe estas fotos:
Concepción Rodenas Angulo. 1910. Calle Londres. Madrid Moderno.

 
Madrid Moderno. 1900
(Lo siento, no he podido evitar los chistes fáciles con las fotos.)

Después de meses soñando con esto, en unas ocasiones literalmente y en otras literariamente hablando, hoy me he acercado al barrio para verlas con mis propios ojos. Y mi fascinación no ha hecho otra cosa sino aumentar. A día de hoy solo quedan unas pocas, ya que debido a la especulación inmobiliaria en vez de preservar estas pequeñas casas han preferido construir apartamentos con gotelé. Así que antes de que cualquier banco decida demoler las pocas que quedan, he decidido que desde hoy mi único objetivo en la vida será comprarme una casa ahí. U ocuparla. Y debo darme prisa. Por lo visto, una amiga de J. que vive en Rotterdam le contó que allí existía una ley por la que si encuentras una casa deshabitada y le cambias la cerradura, la casa es tuya (supongo que con algunos matices). Ojalá esto fuese Rotterdam, he pensado. Ante la lejanía de un sueldo que me permita adquirir una de estas inmediatamente, he pensado en ocupar una muy cuca, con su pequeño jardín y su hórreo/mirador. J. ha dicho que deberé leerme La buena terrorista y yo ya he buscado El manual del okupa

Como no he hecho fotos porque había muy poca luz os voy a dar un paseo por google maps.







Y aquí la parte triste y fea. 




 De no haberse limitado a cuatro calles aquella barriada, sino haberse extendido grandemente, el vecindario madrileño habría ido conociendo las ventajas de la casa independiente sobre el antipático sistema de las fincas alquiladas por pisos. Pedro de Répide, 1925.


martes, 8 de noviembre de 2011

lunes, 7 de noviembre de 2011

sleepy head












El bordado prometido. Las nuevas fotos de la zenit. Y ahora me voy a hacer deberes mientras escucho el último disco de Sacramento.

domingo, 6 de noviembre de 2011

swedish christmas






A final de mes me pareció intolerable que con mi sueldo aún me quedase dinero en la cuenta. Así que decidí gastármelo en cosas preciosas pero completamente innecesarias. Aunque la hawaiana y la señora holandesa con gato no son muy ad hoc me daba pena dejarlas huérfanas de sus amigos.

sábado, 5 de noviembre de 2011

ojos con dientes

Anoche estuve en el concierto de los Fountains Of Wayne. Muy fuerte que la edad media del público fuese de tener el pelo blanco y de faltar dientes (esto es verídico). Y muy fuerte que el guitarra hiciese movimientos SEX con la guitarra, molto cutre. A parte, pillé el split de Reina Republicana con Las Robertas, ilustrado por Ricardo Cavolo.



Ha venido nuestro amigo Jose el finde, y así hemos tenido excusa para ir a Pantha Rei esta mañana. Tienen un perro lanudito negro muy rico y amistoso que va con su juguete en la boca y se sienta al lado tuyo, te mira, y levanta las patitas para saludar <3

J. me ha regalado el primer libro de Juanjo Sáez <3

Y yo le he regalado éste. Aunque me lo he traído a casa, así que ha sido un poco regalo bola de bolos de Homer Simpson :D


También he recogido el segundo carrete de mi Zenit, que ha salido mucho mejor que el primero a pesar de que se me abriese la tapa de la cámara antes de rebobinar el carrete, o sea, que definitivamente el primero me lo revelaron mal. Mañana os lo enseño! Además han salido las fotos del bordado de Daniel Johnston que hice hace un tiempo y os prometí enseñaros cuando lo terminase, wiiiii!

miércoles, 2 de noviembre de 2011

I wanna live for today, I wanna roll in the hay









Yo los he conocido por docenas, igual que todo el mundo, y estoy de acuerdo en que no son inofensivos. De hecho, son terriblemente letales. Dios Todopoderoso. Convierten todo lo que tocan en absolutamente académico e inútil. O, aún peor, en cultismo. En mi opinión, son culpables de la mayoría de papanatas con diplomas que se sueltan por el país todos los meses de junio. 

A principios de octubre, fui a hablar con mi tutor del PFC y salí TAN cabreada de allí que decidí que como no había nada que pudiese hacer, si iba a seguir desesperándome tanto, la puesta en escena sería mucho más guay con un batín. 
Otro día que salimos a buscar muebles, di con esa tienda de telas de la que me llevé -entre otras cosas- los cordones más guays de la ciudad. Et voilá! 

martes, 1 de noviembre de 2011

La Agenda del Fin del Mundo

Estaba tan tranquila en casa haciendo mis quehaceres (mentira, no estaba haciendo nada) cuando me han llamado al porterillo.
Cuando llaman, mi norma es contestar siempre, aunque realmente no espere a nadie ni nada, por si son ladrones que sepan que estoy en casa y que les puedo partir la cara si se atreven. Pero no, eran estas majas Testigas de Jehová. Me querían explicar que el artículo estrella del número de noviembre de La Atalaya era acerca de lo que decía la Biblia sobre del sexo, y que si me gustaría que me la subieran a casa.


El caso es que me han pillado en un momento complicado de mi vida, mientras leía esto (de verdad, eh? ha sido coincidencia, aquí todo es en riguroso directo) y comía palomitas caducadas en pijama.


Y total, para qué vamos a hacernos preguntas metafísicas si esto se va acabar en nada. De hecho, ayer yo ya me compré mi Agenda del Fin del Mundo de Blackie Books.