lunes, 15 de abril de 2013

waiting on the sun

Mudarse es muy intenso. Sobretodo cuando te mudas de una casa en la que has estado tan feliz. Ese periodo de tiempo en el que parece que ninguna casa es la tuya es muy extraño. La actual, tan vacía, parece que pierde un poco la esencia de lo que fue y ves como poco a poco va dejando de ser tuya para pasar a ser de otros. Y la nueva tampoco es tu casa ni lo será al menos en unos meses. Nuevos ruidos, nuevos olores, y mi parada del autobús ya no será Plátano con Moquetas.
Las gatas lo notan y están raras. Aunque luego estarán muy felices en su nuevo patio gigante en el que cazar bichos. Y yo también, con un montón de espacio para coser, para estar descalza, para poner discos y hacer bailes. Y montar una casa desde cero es muy molante/enfermizo.
You buy furniture.  You tell yourself, this is the last sofa I will ever need in my life.  Buy the sofa, then for a couple years you're satisfied that no matter what goes wrong, at least you've got your sofa issue handled.  Then the right set of dishes.  Then the perfect bed.  The drapes.  The rug.  Then you're trapped in your lovely nest, and the things you used to own, now they own you.
I wasn't the only slave to my nesting instinct. The people I know who used to sit in the bathroom with pornography,  now they sit in the bathroom with their IKEA furniture catalogue.
Pero Palahniuk ya no se entera, ahora te sientas con pinterest y repineas sin parar.



Tengo infinitas ganas de sentarme al sol de mi nuevo patio tomando un tinto de verano! :)